Hace algunos días se cumplió el quinto aniversario del terremoto y posterior tsunami que devastó gran parte de la región de Tohoku, en la costa noreste de Japón. Generalmente en los aniversarios de catástrofes de este tipo, la gente recuerda a los que perdieron la vida; pero también es importante, pensar en los que sobrevivieron y están tratando de reconstruir su vida, y mejor aún, encontrar las lecciones que puedan deducirse de la tragedia, para minimizar sus efectos en el futuro.
A raíz del desastre del 11 de Marzo, 2011, en Marzo, 2015, se organizó la Tercera Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgos de Desastres, en Sendai, Japón, corazón del área afectada. Uno de los objetivos de la conferencia, fue revisar el Marco de Acción de Hyogo (elaborado en Kobe, Hyogo, Japón, después que el terremoto de Kobe destruyera la ciudad); otro objetivo, elaborar un plan para red reducir las muertes y pérdidas económicas causadas por fenómenos naturales por medio de salvaguardas que reduzcan los niveles de riesgo existentes y prohíban la creación de nuevos riesgos.
De acuerdo a los registros de la Oficina para la Atención de Reducción de Desastres de las Naciones Unidas, En la última década, unas 700.000 personas perecieron como consecuencia de desastres naturales y las pérdidas económicas ascendieron a 1,4 billones de dólares.
Japón se ha caracterizado por tener una respuesta reactiva, antes que preventiva, cuando de fenómenos naturales se trata; y hasta cierto punto les ha funcionado. La razón para ello, es que este es un país tradicional y cerrado, aunque cuando se observa el caparazón desde afuera parece que no. Ademas, el país tiene los recursos necesarios para seguir esta metodología, es suficientemente antiguo, comparado con los paises latinoamericanos, y la cultura y métodos tradicionales está tan arraigada en el ADN de los japoneses, que cambiar ahora es realmente difícil.
Lo dicho anteriormente es una ventaja en los paises latinoamericanos localizado en áreas propensas a sufrir terremotos y tsunamis. Dicha ventaja radica que somos mas susceptibles a aceptar lo nuevo, y porque no decir lo extranjero. Mas abiertos al cambio, simple y sencillamente porque nuestra 'cultura' no está del todo arraigada. Además, el hecho de no tener los recursos necesarios para gastar en 'reacción', no queda otro camino que la prevención, de ahí la importancia de aprender las lecciones de catástrofes ocurridas, en otras latitudes para que las estrategias de prevención que se adopten sean más realistas y efectivas.
Pero en general, que se puede aprender de un tsunami, o mejor dicho, qué se ha aprendido hasta ahora? El terremoto y tsunami de Marzo, 2011, en Japón evidenció algunas cosas que ya se suponían, o que se sospechaban, pero de lo cual no se tenía un registro certero, aquí algunas:
1) Los terremotos no matan tanta gente, como se piensa; los tsunamis sí
En general el terremoto directamente no mata gente, la sacudida en sí no mata a nadie. Son las edificaciones que colapsan, los objetos que caen, los desprendimientos de tierra, la falla del subsuelo, lo que es un verdadero problema. Así que, comparado con un tsunami, en áreas costeras, cercanas a zonas de subducción, incluso el mayor terremoto podría matar menos personas que el tsunami que viene después.
Como un ejemplo clásico, durante el mayor terremoto de la historia reciente (Chile, 22 de Mayo, 1960; Magnitud 9.5), muchas casas en la costa chilena lo soportaron, sin embargo, fueron arrasadas por el posterior tsunami. Igual en la costa de Tohoku, muchas edificaciones, incluso la mayoría de los edificios nuevos, se mantuvieron en pie, sin embargo fueron totalmente destruidas y barridas por el tsunami (fotos de daños, Aquí). Incluso, durante el terremoto y tsunami, en 1992, los daños causados por el sismo en la costa de Nicaragua, fueron despreciables; sin embargo, el tsunami arrasó con todo (ver fotos Aquí)
2) Las señales de la naturaleza y el tsunami
Está de más mencionar, la sacudida sísmica, como una señal de la naturaleza; pero si se vive cerca de la costa, es de máxima importancia, tomar esto en consideración para saber que probablemente un tsunami golpeará la costa.
Un terremoto, así como cambios bruscos en el nivel de las aguas costeras podrían servir como avisos de que un tsunami se aproxima. Durante el tsunami asiático de 2004, donde se registraron olas de hasta 30 metros de altura, y que causó la muerte de más de 238 mil personas, en aquellas comunidades donde alguien pudo ver lo que estaba ocurriendo y de hecho actuaron al ver como el agua había retrocedido de manera tan evidente, resultaron menos afectadas que aquellas inmovilizadas por la ignorancia. En otros casos, son muchos los ejemplos que reflejan este hecho, por lo tanto es necesario estar alerta, pero sobre todo entender la dinámica del mar.
3) Preste atención a los avisos oficiales
Los tsunami pueden generarse localmente, o pueden venir desde cierta distancia, y su nivel de destrucción es igualmente variable. Irónicamente, los tsunamis no se sienten en los barcos porque la longitud de onda es de cientos de kilómetros de extensión con una amplitud (altura) de tan solo unos cuantos decímetros. Sin embargo, al acercarse a la tierra, la velocidad del tsunami decrece y su amplitud crece, como compensación a dicho cambio de velocidad.
Debido a lo anterior, es importante prestar especial atención a los avisos oficiales, divulgados principalmente por los medios de difusión masiva, tales como radio y televisión. En muchas ocasiones, ocurren terremotos al otro lado del océano, que generan tsunamis que lo cruzan en cuestión de horas, tiempo suficiente para generar alertas, y divulgarlas en las comunidades costeras, para su respectiva evacuación. Es imperante que las personas que se encuentran en las zonas costeras atiendan este tipo de anuncios, que aunque en algunas ocasiones parezcan exagerados, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Es importante mencionar que las aéreas con mayor probabilidad de experimentar tsunamis son aquellas que están a menos de ocho kilómetros sobre el nivel del mar y a menos de dos kilómetros de la línea de costa.
4) El tsunami no es una sola ola, pueden ser muchas
En el tsunami del 2011, en el área de Tohoku, costa este de Japón, el tsunami duro hasta 12 horas, con entradas sucesivas del mar en tierra costera. Y el problema es que, quizás la siguiente ola es más peligrosa que la anterior, debido a que trae consigo todo lo que la primera arrancó, y la basura sirve como proyectil, destruyendo todo a su paso. Este patrón se ha presentado en los grandes tsunamis registrados en la historia reciente.
5) Dirigirse a un sitio natural alto, una colina, una montaña
Incluso aunque haya estructuras suficientemente altas, lo mejor es subir a una colina o un sitio alto. En el tsunami de Japón, 2011, se demostró que los sitios naturales altos, funcionaron mejor, que las estructuras con azoteas y diseñadas como refugio. Estas deberían utilizarse solamente en casos extremos, como por ejemplo no hay suficiente tiempo como para llegar hasta una colina. Japón, durante la reconstrucción del área, esta priorizando el aprovechamiento de colinas y sitios altos, naturales, o procurando construir colinas artificiales, protegidos con cortinas de árboles, como protección natural.
6) Priorizar la vida, sobre todas las cosas.
Durante el terremoto de Japon, Marzo 2011, muchas personas, habitantes de la zona costera, dedicaron su valioso tiempo a buscar sus pertenencias, sabiendo que venía un tsunami. El tiempo fue demasiado corto, debido a que el terremoto había ocurrido cerca, y la primera ola atrapó a muchos todavía dentro de sus casas. De igual manera, muchas personas salieron en busca de su mascota (perros, gatos…); sin embargo, con la sacudida del terremoto estos habían salido huyendo, lo cual dificulto aun mas encontrarlos. En algunos pueblos, como Onagawa o Minamisanriku, esto fue decisivo, para elevar el número de víctimas mortales.
7) El terremoto causará muchos daños, y las vías podrían estar destruidas
Debido a que generalmente los terremotos que generan tsunami son intensos, los daños en la zona costera, podrían ser cuantiosos. Las vías de transporte podrían estar bloqueadas, y el transporte utilizando vehículos podría no ser factible. Lo mejor es buscar medios alternativos, o correr, siempre y cuando se tomen las medidas de precaución correspondientes.
8) Usar edificaciones altas solamente en caso de emergencia extrema
Como se mencionó anteriormente, al momento de huir de un tsunami es necesario buscar refugio en lugares naturales (colinas, montañas,…); pero en caso de no disponer del tiempo suficiente para llegar a dichos sitios, y se está atrapado en un edificio costero, lo mejor es dirigirse a los pisos superiores. En este caso se toma el riesgo de que la edificación haya sido afectada por el terremoto, y la fuerza del tsunami la derribe, pero es mejor que quedarse inmovilizado, o correr cuando se sabe que no se dispone del tiempo suficiente.
En ingeniería de construcción existen códigos de diseño para construir edificios resistentes a terremotos, pero no existen para hacerlos resistentes a tsunamis. Un edificio es resistente a terremoto, por ejemplo, pero débil a tsunami, es la paradoja de la ingeniería sísmica. Esto se debe a que para que un edificio sea considerado sismorresistente, debe contener en su estructura muros de corte, primer piso fuerte (ausencia de boquetes, espacios abiertos….las ventanas, puertas, disminuyen la resistencia del muro). Para que sea resistente a tsunami, debe ser lo contrario, con espacios abiertos, para permitir el paso del agua, o por lo menos amortiguar. Recuérdese, que la presión del agua es directamente proporcional a la superficie de contacto. Lo ideal es encontrar el balance, entre lo uno y lo otro, los japoneses están trabajando en ello, y aunque todavía no hay un reglamento oficial para diseño de edificios contra tsunami, sí hay documentos oficiales con recomendaciones de diseño.
Como los siguientes:
9) Los arboles son resistentes
Los arboles, debido a su estructura esbelta, son resistentes a tsunami. Como último recurso, subirse a un árbol es una opción en caso de tsunami, y probablemente salvara su vida. Al menos una docena de personas cerca de Maullín, Chile, sobrevivió al tsunami chileno de 1960 subiéndose a árboles. Sin embargo, otras perecieron cuando los árboles que habían trepado fueron derribados por el tsunami. Durante el terremoto de Tohoku, en algunas zonas, los árboles más resistentes fueron lo único que quedó en pie. Si se va a tomar esta decisión desesperada, por lo menos cuidar de que el árbol sea resistente.
10) Suba a algo que flote
En el peor de los casos, cuando se es alcanzado por el tsunami, lo mejor es buscar algo que flote. Es sentido común, lo que no es sentido común, es que hay que procurar ir hacia adentro, en lugar de flotar hacia la orilla. Las probabilidades de sobrevivir, son bajas, pero aún las hay. La idea es evitar ser golpeado por los escombros arrasados por el tsunami, o literalmente estrellado contra alguna edificación o roca. Según reportes y testimonios de gente que ha sufrido alguno de los grandes tsunamis de la historia reciente, han podido sobrevivir, debido a que al no poder escapar del mismo, han flotado hacia dentro del mar, y ser rescatados luego, o simplemente cuando todo empieza a calmarse, buscar como salir a la orilla. Quizás la mejor recomendación en este caso, es no hacer uso de esta lección, y huir antes de ser atrapado.
Estas son diez lecciones, de muchas más, aprendidas de los grandes tsunamis ocurridos en la historia reciente. Este post, ha tomado como fuente principal, el reporte elaborado en español, por el Servicio Geológico de los Estados Unidos, y que pueden descargar en los link dejados al final. Al igual, que lo que escuché, de sobrevivientes del tsunami de Tohoku, Japon, 2011; lo que vi durante la visita de campo, 6 meses después de la tragedia, cuyas fotos pueden encontrar en este blog, además de lo que he leído por ahí.
Para leer más
Fuente: Timely Prediction of Tsunami Using under Sea Earthquake Signals
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